Descripción
¡Admítelo! El más peque de la casa os lleva a todos loquitos. Y no solo por despertaros en mitad de la madrugada, o por alguna que otra travesura, también porque con solo un gesto te arranca una sonrisa y por esos pies tan pequeñitos que dan ganas de comerse mañana, tarde y noche. No nos vamos a engañar, ¡haga lo que haga es la leche!
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